France: Prieuré Saint Martial

France: Prieuré Saint Martial

In dieser traumhaften Wohnanlage, nur 25 Minuten vom Mittelmeer entfernt…
En este condominio de ensueño, a sólo 25 minutos del mar Mediterráneo…
Dans cette merveilleuse coproprieté, à seuelement 25 minutes de la Méditerrané…
Within these gorgeus premises, only 25 minutes from the Mediterranean…

…steht unsere hübsche kleine Ferienwohnung:
…se encuentra nuestro lindo departamentito de vacaciones:
…se trouve notre beau petit appartment de vacances:
…there is our cute small holiday appartment:

Tortillas de quinua

Tortillas de quinua

Cuando yo era pequeña y vivía en Perú, mi mamá solía preparar unas deliciosas tortillas de quinua y acompañarlas con ensalada. Ya de niña me encantaba no sólo el exquisito sabor de las tortillas de quinua combinadas con el sabor fresco de la ensalada, sino que además me fascinaba esa sensación única de como si los granitos de quinua explotaran en mi boca. Luego, a mediado de los años 80, me mudé a Alemania y aquella deliciosa entrada casi se perdió en el olvido ya que, en aquel entonces, la quinua aquí aún se desconocía.

Por suerte, hoy en día uno ya puede comprar casi de todo aquí en Alemania y además por fin se ha reconocido a nivel mundial el alto valor nutritivo de este maravilloso pseudocereal de los Andes sudamericanos. Y es que la quinua contiene muchísimos nutrientes, es rica en proteínas y fibra sana. Es un alimento sin gluten y fácil de digerir y proporciona muchísima energía.

Un buen día preparé mis primeras tortillas de quinua tal y como las recordaba de mi infancia. Más tarde encontré la receta de mi mamá en un viejo cuadernillo y fui perfeccionándola hasta encontrar por fin las proporciones adecuadas para que las tortillas tengan la consistencia perfecta y no se deshagan, igualando aquel sabroso gustito de mi niñez.

Hoy me es un placer compartir esta exquisita receta con mis lectores:

Ingredientes (para aprox. 15 tortillas de quinua, dependiendo del tamaño)

  • 1 taza (aprox. 160 – 175 g) de quinua blanca
  • 3 huevos
  • ½ panecillo seco
  • sal y pimienta al gusto
  • 1 cebolla pequeña
  • ½ rama de apio
  • 2-3 hojas de cebollita china
  • Muy útil además: Un par de guantes de goma

Preparación:

  • Primero que nada, lavamos la quinua en un colador fino con agua fría para que pierda la saponina que le da un sabor amargo.
  • Luego hervimos la quinua en una olla con abundante agua por aprox. 10 a máx. 12 minutos.
  • Apenas la quinua esté cocida (una vez que los granos de quinua hayan reventado), la colamos con el mismo colador fino y la dejamos enfriar.
  • Mientras tanto, rallamos el pan seco – o lo molemos con un molinito de especias o de café.
  • Luego proseguimos a cortar la cebolla y el apio finamente y la cebollita china en aros.
  • Apenas la quinua esté completamente fría, la pasamos a un bol y la mezclamos con los huevos, el pan rallado, sal, pimienta, cebolla, apio y cebollita china.
  • Dejamos reposar la mezcla unos 5 a 10 minutos. Si la mezcla estuviera demasiado líquida, se le puede añadir un poco más de pan rallado, o bien un huevo si estuviese demasiado seca – pero ten cuidado de que la masa no se vuelva a poner demasiado líquida, porque en ese caso las tortillas se te desarmarán en la sartén.
  • En una sartén ponemos a calentar abundante aceite vegetal. Un truquito: Si le echas un poco de sal al aceite hirviendo, las tortillas no se pegarán en la sartén.
  • Al mismo tiempo, ponemos a calentar el horno a 50°C para mantener calientes las tortillas una vez que estén listas. Luego ponemos una hoja de papel absorbente en una fuente y la metemos al horno. (El papel es para que absorba el aceite que sobra).
  • Y aquí otro truquito más: Es mucho más fácil darles forma a las tortillas si te pones guantes de goma. Así vas formando una por una las tortillas con las manos y las vas colocando en el aceite hirviendo con la ayuda de una cuchara de mango largo para no quemarte. De esta forma, y dependiendo del tamaño de la sartén, puedes hacer unas 5 a 7 tortillas de golpe. Apenas notes en los bordes de las tortillas que ya están crocantes de un lado, las vas volteando cuidadosamente con una espátula.
  • En cuanto las tortillas estén crocantes de ambos lados, las pasamos una por una de la sartén al horno.
  • Antes de freír la segunda porción de tortillas, lo más probable es que tengas que añadirle un buen chorro de aceite a la sartén. Y así vamos repitiendo el proceso hasta que se nos acabe la masa de quinua.
  • Una vez que estén listas las tortillas, las puedes mantener calentitas en el horno mientras preparas la ensalada. A mí personalmente me gusta servirlas con una ensalada de lechuga por ejemplo con pepinos y/o tomates y/o rabanitos y/o zanahorias ralladas y con un refrescante aliño de yogurt con limón y unas hojitas de cilantro… ¡Listo!
  • Finalmente servimos las tortillas calentitas – unas 2 a 3 por persona – y las decoramos con su ensaladita.

¡Buen provecho!

Y aquí la receta en alemán / Und hier das Rezept auf Deutsch: Quinoa-Frikadellen

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Quinoa-Frikadellen

Quinoa-Frikadellen

Während meiner Kindheit in Peru kam ich oft in den Genuss der Quinoa-Frikadellen meiner Mutter, die sie als Vorspeise zusammen mit Salat servierte. Schon als Kind liebte ich nicht nur den köstlichen Geschmack der Quinoa-Frikadellen in Kombination mit der Frische der Salate, sondern war auch jedes Mal vom einzigartigen Gefühl der Quinoa-Körnchen fasziniert: es war, als würden diese in meinem Mund explodieren! Dann zog ich Mitte der 1980er Jahre nach Deutschland und diese tolle Vorspeise geriet beinahe in Vergessenheit, weil es damals keine Quinoa in Deutschland zu kaufen gab.

Zum Glück kann man inzwischen fast alles in Deutschland kaufen und dann wurde auch endlich der hohe Nährwert dieser Pseudogetreideart aus den südamerikanischen Anden weltweit erkannt. Quinoa steckt nämlich voller Nährstoffe, Eiweiß und gesunden Ballaststoffen. Sie ist glutenfrei, leicht verdaulich und stellt eine gute Quelle für lang anhaltende Energie dar.

Irgendwann bereitete ich die Quinoa-Frikadellen meiner Mutter zum ersten Mal selbst zu – zunächst aus meinem Gedächtnis heraus, dann fand ich das Rezept meiner Mutter in einem alten Heft wieder und perfektionierte es solange, bis mir die richtige Konsistenz gelang, damit die Quinoa-Frikadellen nicht auseinanderfallen, und genauso gut wie in meiner Kindheit schmecken!

Und nun freue ich mich, dieses super leckere Rezept mit euch teilen:

Zutaten (für ca. 15 Quinoa-Frikadellen, abhängig von der Größe)

  • 1 Tasse (ca. 160 – 175 g) Quinoa (weiß)
  • 3 Eier
  • ½ trockenes Brötchen
  • Salz und Pfeffer nach Geschmack
  • 1 kleine Zwiebel
  • ½ Stange Staudensellerie
  • 2-3 Blätter Frühlingszwiebel
  • Sonstige Utensilien: Gummihandschuhe

Zubereitung:

  • Als erstes spülen wir die Quinoa in einem feinen Sieb mit kaltem Wasser gut ab, um den bitteren Beigeschmack der darin enthaltenen Saponine wegzuwaschen.
  • Dann kochen wir die Quinoa in einem Topf mit Wasser ca. 10 bis max. 12 Minuten.
  • Sobald die Quinoa gar ist (was wir daran erkennen, dass die Quinoa-Körnchen geplatzt sind), geben wir sie in ein feines Sieb und lassen sie abkühlen.
  • In der Zwischenzeit reiben wir das trockene Brötchen – oder mahlen es mit einer Gewürzmühle.
  • Dann schneiden wir die Zwiebel und die Selleriestange in feine Würfel und die Frühlingszwiebel in Ringe.
  • Sobald die Quinoa vollständig erkaltet ist, geben wir sie in eine Schüssel und vermischen sie mit den Eiern, Brötchen, Salz, Pfeffer, Zwiebel, Staudensellerie und Frühlingszwiebel.
  • Nun lassen wir die Quinoa-Mischung ca. 5 – 10 Minuten ruhen. (Falls die Mischung zu flüssig sein sollte, kann man etwas mehr von dem gemahlenen Brötchen hinzugeben; sollte sie viel zu fest sein, kann man evtl. noch ein Ei hinzufügen – aber Vorsicht, dass die Masse dadurch nicht wieder zu flüssig wird, sonst fallen die Frikadellen in der Pfanne auseinander!)
  • Nun geben wir reichlich Pflanzenöl in eine große Pfanne und lassen es heiß werden. (Kleiner Tipp: Wenn du etwas Salz in das heiße Öl gibst, bleiben die Frikadellen beim Braten nicht an der Pfanne kleben).
  • Gleichzeitig schalten wir den Ofen auf ca. 50°C ein, um die fertigen Frikadellen darin warmzuhalten. Dann legen wir eine Scheibe Küchenpapier in eine ofenfeste Form, um das überschüssige Fett abzufangen und schieben die Form mit dem Papier in den Ofen.
  • Und noch einer kleiner Tipp: Die Frikadellen lassen sich am besten formen, wenn du Gummihandschuhe anziehst. So kannst du mit den Händen die Quinoa-Masse portionsweise nehmen, die Frikadellen formen und mithilfe eines langstieligen, kleinen Küchenlöffels in das heiße Öl geben. Je nach Größe der Pfanne sollten ca. 5 – 7 Frikadellen darin passen. Sobald man an den Rändern der Frikadellen erkennen kann, dass sie auf der unteren Seite einigermaßen kross sind, drehen wir sie vorsichtig mithilfe eines Pfannenwenders um.
  • Sobald auch die Rückseite fertig ist, nehmen wir diese erste Ladung Frikadellen einzeln aus der Pfanne heraus und legen sie in die vorbereitete Form in den Ofen.
  • Bei Bedarf geben wir nun etwas mehr Öl in die Pfanne, bevor wir die nächste Ladung Frikadellen in die Pfanne geben. Und so wiederholen wir den Vorgang, bis wir die ganze Quinoa-Mischung verbraucht haben.
  • Die Frikadellen können wir nun im Ofen warmhalten, während wir den Salat zubereiten. Je nach Geschmack kannst du z.B. Blattsalat mit Gurken und/oder Tomaten und/oder Radieschen und/oder geriebenen Karotten nehmen. Dazu ein erfrischendes Joghurt-Limetten-Dressing, gerne mit ein paar geschnippelten Koriander-Blättern dazu, und fertig!
  • Schließlich servieren wir die Frikadellen warm – meine Empfehlung: ca. 2-3 Stück pro Person – und garnieren sie mit dem Salat.

Guten Appetit!

Und hier das Rezept auf Spanisch / Y aquí la receta en español: Tortillas de quinua

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= Estás en todas partes =

= Estás en todas partes =

¡Allí estás tú!

En la luz anaranjada
cuando se está poniendo el sol,
en las estrellas brillantes
que relucen en la noche
y en aquella brisa tibia
que me acaricia al pasar…

¡allí estás tú!

En ese olorcito a tierra húmeda
cuando acaba de llover,
en ese solcito tan rico
que amable calienta mi piel
y en cada vientecito
que me hace estremecer…

¡allí estás tú!

En el canturrear de las aves
cuando paseo por el bosque,
en el crujir de las hojas
que cayeron en otoño
y en el murmullo de las olas
de aquella playita lejana…

¡allí estás tú!

En cada canción bonita
que escucho por la radio,
en cada semáforo rojo
siempre que voy conduciendo
y en cada hoja de papel
cuando estoy en la oficina…

¡allí estás tú!

En cada uno de mis sueños
que me acompañan día y noche,
en todos mis pensamientos
que giran a tu alrededor
y en mi vida cotidiana
que siempre estás endulzando…

¡allí estás tú!

Y sobre todo, mi amor,
estás siempre en mi corazón,

¡sí, allí estás tú,
porque yo te amo a ti!

❤❤❤

evy-is-online.com ©

Esta poesía la escribí en alemán en el año 2000 para mi amor Jürgen y la traduje al castellano en 2019.

Y aquí la versión en alemán / Und hier die Version auf Deutsch: Du bist überall

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= Du bist überall =

= Du bist überall =

Da bist du!

Im feuerroten Licht
des Sonnenuntergangs,
in den leuchtenden Sternen
in jeder klaren Nacht;
und in der lauen Brise
die meinen Nacken streift…

…da bist du!

Im Duft der feuchten Erde
wenn es geregnet hat,
in der warmen Mittagssonne
die meine Haut verwöhnt,
und in jenem frischen Wind
der mich erzittern lässt…

…da bist du!

Im Gesang der Vögel
beim Spaziergang im Wald,
im Rascheln der Blätter,
die im Herbst gefallen sind
und im Rauschen der Wellen
am weit entfernten Strand…

…da bist du!

In jedem schönen Lied
das ich im Radio höre,
an jeder roten Ampel,
wenn ich am Steuer sitze
und auf jedem Blatt Papier,
wenn ich im Büro bin…

…da bist du!

In jedem meiner Träume,
die ich tags und nachts erlebe,
in all meinen Gedanken,
die immer um dich kreisen
und in meinem Alltag
den du so schön versüßt…

…da bist du!

Und vor allem, mein Schatz,
bist du immer in meinem Herzen,

…ja, da bist du,
weil ich dich liebe!

❤❤❤

evy-is-online.com ©

Dieses Gedicht habe ich im Jahr 2000 für meinen Jürgen auf Deutsch geschrieben und 2019 ins Spanische übersetzt. 

Das Foto auf dem Titelbild habe ich im Sommer 2019 in unserer geliebten Urlaubsinsel Korsika gemacht.

Und hier die Version auf Spanisch / Y aquí la versión en español: Estás en todas partes

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De cómo me libré de mis dolores de espalda

De cómo me libré de mis dolores de espalda

(Texto de julio 2018, actualizado en enero de 2019)

 

Durante muchísimos años sufrí de unos terribles dolores de espalda y de nuca. Y me pasé también muchísimos años buscando una solución a este problema. Como ahora por fin he conseguido vencer aquellos dolores, quisiera compartir con mis lectores toda esa colección de soluciones que he ido juntando con el tiempo para así poder ayudar a quienes tengan quizás el mismo problema.

Primero que nada, quisiera presentarles una lista de todo lo que he probado, más adelante iré explicando cada punto detalladamente:

  • Masajes
  • Tratamientos térmicos
  • Gimnasia, Pilates y Yoga
  • La posición adecuada para dormir
  • El colchón adecuado
  • La postura correcta en el escritorio
  • Un chaleco contra los enfriamientos
  • Las zapatillas adecuadas para los recorridos largos
  • Cambiar la cartera por una mochila o bolso tipo “canguro”
  • Hacer “walking”
  • Corregir la postura de mi cuerpo

Masajes

Bueno, como verán, he probado de todo: Los masajes son algo que siempre me gustaron – hasta el día de hoy. Sin embargo, y por más bueno que sea un masaje, hay que reconocer que ayuda sólo en el momento, pero si no reconoces y no tratas la verdadera raíz del problema, los dolores retornan a más tardar al día siguiente.

Tratamientos térmicos

También los tratamientos térmicos proporcionan alivio, pero, al igual que los masajes, sólo en parte – y en veranos tan extremadamente cálidos como el presente, son inimaginables.

Gimnasia, Pilates y Yoga

Hace unos 10 años empecé a hacer gimnasia y Pilates y desde hace unos 5 años también practico Yoga. Y todo esto me ayuda mucho – pero todavía no era suficiente.

La posición adecuada para dormir

Como también tenía mucho dolor en los hombros y hasta en los brazos, un buen día decidí cambiar mi posición en las noches y empecé a dormir boca arriba – algo que siempre me imaginé incómodo, ya que había estado acostumbrada mi vida entera a dormir boca abajo o de costado. El resultado: ¡De pronto se acabaron mis dolores de hombros y de brazos!

El colchón adecuado

Y para dormir aún mejor, me compré un colchón viscoelástico (también conocido como “memory foam”), gracias al cual por fin puedo dormir mejor. ¡Y así por fin puedo despertarme en las mañanas sin dolor!

La postura correcta en el escritorio

Como trabajo mucho con la computadora, desde hace muchos años que vengo observando la postura correcta en el escritorio: Siempre me cercioro de que la silla y la pantalla tengan una altura adecuada, lo cual ayuda mucho. Sin embargo y a pesar de todas estas conclusiones, mis dolores de espaldas y de la nuca regresaban en el transcurso del día, ya que soy altamente miope, por lo cual tiendo a inclinar mi cabeza hacia la pantalla de la computadora para ver mejor. Desde que me di cuenta de ello, decidí acercar la pantalla hacia mí (en lugar de acercarme yo a la pantalla), de modo que aun puedo sentarme derecha y aun así leer sin problemas todo lo que hay en la pantalla. Eso a la mayoría de la gente le parece muy raro ya que precisamente a mi edad uno tiende más bien a alejar la pantalla a causa de la presbicia. ¡Pero yo he nacido cegatona como un topo, pues, y por eso veo mejor de cerca que de lejos!

Esta medida me ayudó enormemente, pero aún no era suficiente para terminar de vencer del todo mis dolores de espalda.

Un chaleco contra los enfriamientos

Como soy friolenta y me enfrío muy fácilmente en invierno, cuando no hace calor, pero también en verano, cuando me encuentro en habitaciones u oficinas climatizadas, tiendo inconscientemente a encogerme de hombros, lo cual me causa unos dolores horribles en la nuca. Desde que me di cuenta de eso, empecé a llevar conmigo siempre y a todas partes una chaqueta o chaleco que me pongo inmediatamente apenas empiezo a sentir frío. ¡Y eso me ayuda mucho a prevenir los dolores en la nuca!

Las zapatillas adecuadas para los recorridos largos

Además, un buen día descubrí las zapatillas de tipo “shape-ups”. Para mí, la maravillosa sensación al caminar con las suelas redondas de este tipo de zapatos es simplemente divina. A todo esto, ya tengo varios pares de “shape-ups” de los cuales no quisiera volver a prescindir. Sin embargo, no todo el mundo se acostumbra a este tipo de zapatos: Sé de personas a quienes les duelen las rodillas o la cadera al usarlos, cosa que a mí por suerte no me ha ocurrido jamás.

Cambiar la cartera por una mochila o bolso tipo “canguro”

Así poco a poco pude ir venciendo ya mis dolores de espalda y de nuca, mas sólo cuando estoy sentada o echada. Pero apenas estaba mucho rato de pie (caminando o parada), empezaban de nuevo los dolores – mayormente dolores unilaterales, es decir que me dolía más un lado de la espalda que el otro. Tanto así que un día, un fisioterapeuta amigo de Perú me diagnosticó durante una de mis visitas a mi patria una “posible fibromialgia”, lo cual por supuesto que me asustó mucho. Sin embargo, hoy sé que el hecho de que me doliera más un lado de la espalda que el otro, se debía al peso de mi cartera, que solía cargar de un hombro, agobiando así más un lado de mi espalda que el otro. Con el tiempo fui observando que los dolores eran aún más insoportables los días sábados después de haber estado caminando más de una hora al hacer mis correrías y compras semanales. Fue entonces que cambié mi cartera por una mochila, e incluso me compré un bolso tipo “canguro” para colgármelo a la cintura y así tener a la mano mis llaves, mi celular, mi billetera y mi lápiz labial. ¡Y desde entonces, nunca más volví a tener dolores unilaterales de espaldas!

Hacer “walking”

Un día, un quiropráctico que fui a consultar porque tenía unos dolores horribles de espalda, me recomendó que empezara a hacer walking. Bueno, no usó explícitamente la palabra “walking”, pero me aconsejó que saliera regularmente a “caminar a paso ligero, con el cuerpo erguido y balanceando los brazos flexionados” – lo cual es, nada más ni nada menos, una descripción bastante exacta de lo que solemos llamar walking. Decidí pues, seguir su consejo y empecé a salir de vez en cuando en las nochecitas después de la cena a hacer walking (por supuesto con mis zapatillas shape ups que tan cómodas me resultan), y muy pronto me di cuenta de lo bien que me hace, no sólo para la columna, sino también para la tensión arterial, la digestión y mi bienestar general.

Corregir la postura de mi cuerpo

No obstante, lo que más me ha ayudado – y me sigue ayudando – contra los dolores de espaldas, es un descubrimiento que hice apenas hace un año y medio: ¡Simplemente prestarle atención a la postura de mi cuerpo! Es decir, no solamente al estar sentada ante la computadora, sino en todo momento: Al estar parada, caminando o sentada en el comedor e incluso al pasear en bici. Para ser más exacta: Pararme, caminar o sentarme “conscientemente” y, de ser necesario, corregir mi postura, meter la barriga, sacar pecho y dejar que mis hombros caigan de una forma natural. Por más inconcebible que parezca, debo reconocer ¡que me he pasado 48 años de mi vida con una postura inadecuada! No sé por qué, pero es la verdad – quizás porque al ser tan cegatona, siempre tendí a agachar la cabeza – y con ella todo el cuerpo – para ver mejor. (O quizás también porque me faltaba una pizca de seguridad en mí misma – ¿quién sabe?)

El hecho es que, desde que aprendí a caminar (o pararme o sentarme) conscientemente derecha, ¡ya no tengo dolores de espalda y de la nuca! (o quizás sólo muy de vez en cuando, cuando de pronto me olvido de ponerme derecha, pero entonces corrijo mi postura, e inmediatamente me siento mejor). Y es que efectivamente, con el cuerpo bien erguido me siento mucho mejor, ¡más segura de mí misma y más viva y animada! ¿Cómo no me di cuenta mucho antes? Con todo lo que me insistía mi abuelita de que camine derecha – pero como no la veía todos los días… y cuando me vine a Alemania a los 18 años, la veía aún menos y luego hace 20 años falleció y se llevó consigo sus sabios consejos. Pero también mi tía de Bélgica siempre me decía cariñosamente “anda derechita, pericotita”. Pero también a ella la veía (y la sigo viendo) tan sólo una o dos veces al año, y cuando no estaba cerca para recordármelo, sus palabras quedaban rápidamente en el olvido…

(La verdad es que por mucho tiempo ni siquiera supe cuán importante era para mí misma hacerles caso a mi abuela y a mi tía – ¡y caminar derecha! No tenía idea de que ésa era la respuesta al enigma de mis constantes dolores de espaldas – porque de haberlo sabido, ¡les habría hecho caso muchísimo antes! Pero ahora que por fin lo sé, estoy feliz ya que por fin he aprendido a cuidar mi postura. Al principio, tenía que recordármelo constantemente, pero a todo esto ha pasado un año y medio y ya me paro (camino y me siento) automáticamente derecha – ¡y así desaparecieron por fin mis dolores de espalda!)

Conclusión

Hoy en día procuro hacer todo – sea Yoga o walking o simplemente caminar, sentarme o pasear en bici – mucho más conscientemente, y eso contribuye enormemente a seguir mejorando día a día mi bienestar físico y mental.

¡Y por eso ahora me siento muchísimo mejor, más segura de mí misma y más llena de vida y de energía!

Por todo esto, quisiera aprovechar la ocasión para agradecerle a mi cuerpo por todo aquello que realizamos juntos (mi cuerpo y mi mente) y prometerle tratarlo de ahora en adelante tan bien como se lo merece. ¡Y eso incluye una postura derecha, segura, consciente y sana!

A tal fin, mi sincero agradecimiento – y ¡NAMASTÉ!

 

Y aquí encuentras este artículo en alemán: Wie ich meine Rückenschmerzen loswurde

El árbol en la imagen de portada de este artículo – si no me equivoco, un frondoso almendro en flor – lo fotografié en primavera de 2010 en algún lugar de Francia. Escogí esta foto para este artículo precisamente por lo bien derechito que se ve el árbol, tan erguido como yo misma procuro andar, por el bien de mi columna vertebral.

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Wie ich meine Rückenschmerzen loswurde

Wie ich meine Rückenschmerzen loswurde

(Text vom Juli 2018, aktualisiert im Januar 2019)

 

Jahrelang habe ich unter starken Rücken- und Nackenschmerzen gelitten. Und jahrelang habe ich nach einer Lösung für dieses Problem gesucht. Da ich inzwischen meine Schmerzen weitestgehend besiegt habe, möchte ich heute meine ganzen gesammelten Lösungsansätze mit meinen Lesern teilen, in der Hoffnung, dem einen oder anderen mit meinen Erfahrungswerten helfen zu können.

Zunächst möchte ich gerne alles auflisten, was ich bisher ausprobiert habe. Weiter unten werde ich dann auf die einzelnen Punkte eingehen:

  • Massagen
  • Wärmebehandlungen
  • Wirbelsäulengymnastik, Pilates und Yoga
  • Die richtige Schlafposition
  • Die richtige Matratze (oder Matratzenauflage)
  • Die richtige Haltung am Schreibtisch
  • Eine ärmellose Weste gegen Unterkühlung
  • Die richtigen Schuhe für längere Fußmärsche
  • Rucksack oder Bauchbeutel statt Handtasche
  • Walken
  • Auf meine Körperhaltung achten

Massagen

Wie man sieht, habe ich also alles Mögliche ausprobiert: Massagen hatte ich schon immer besonders gern – auch heute noch. Allerdings können Massagen noch so gut sein- sie helfen aber nur in dem Moment, wo man sie bekommt. Wenn man jedoch den eigentlichen Ursprung des Problems nicht richtig erkennt und bekämpft, dann sind die Schmerzen spätestens am nächsten Tag wieder da.

Wärmebehandlungen

Auch Wärmebehandlungen tun gut, allerdings auch nur bedingt – und in heißen Sommern wie den letzten sind sie eher unvorstellbar.

Wirbelsäulengymnastik, Pilates und Yoga

Vor ca. 10 Jahren fing ich mit Wirbelsäulengymnastik und Pilates an, seit ca. 5 Jahren mache ich auch Yoga, was mir schon sehr geholfen hat – aber leider reichte das alles immer noch nicht aus.

Die richtige Schlafposition

Da ich auch an den Schultern große Schmerzen hatte, entschied ich eines Tages, meine Schlafposition zu ändern und fing an, auf dem Rücken zu schlafen – was mir bis dahin unvorstellbar erschienen war, da ich mein Leben lang entweder auf dem Bauch oder auf der Seite geschlafen hatte. Und siehe da: Die Schmerzen an den Schultern und Oberarmen hörten auf!

Die richtige Matratze (oder Matratzenauflage)

Und um noch besser schlafen zu können, kaufte ich mir eine viskoelastische Matratzenauflage, auf der ich endlich besser schlafen konnte. Und so wachte ich wenigstens morgens schmerzfrei auf.

Die richtige Haltung am Schreibtisch

Da ich viel am Computer sitze, achte ich auch schon seit vielen Jahren auf die richtige Haltung am Schreibtisch: Ich beachte genau die richtige Höhe des Stuhls und des Bildschirms, was sehr hilfreich ist. Dennoch bekam ich noch oft Rücken- und Nackenverspannungen, weil ich hochkurzsichtig bin und dazu neigte, meinen Kopf möglichst nah an den Bildschirm vorzubringen, um besser sehen zu können. Seit dieser Erkenntnis ziehe ich mir den Computerbildschirm einfach möglichst nah heran, sodass ich aufrecht sitzen und trotzdem alles lesen kann. Die meisten Leute wundern sich, weil man gerade in meinem Alter eher dazu neigt, den Bildschirm aufgrund der Alterssichtigkeit weit von sich zu schieben, um was lesen zu können. Aber ich bin nun mal als Maulwurf auf die Welt gekommen und sehe in der Nähe besser als in der Ferne.

Das half mir enorm, aber es reichte immer noch nicht, um meine Rücken- und Nackenschmerzen vollständig zu besiegen.

Eine ärmellose Weste gegen Unterkühlung

Da ich im Winter, wenn es nicht so warm ist, und auch im Sommer, wenn ich in klimatisierten Räumen sitze, schnell friere, neige ich dazu, unbewusst die Schultern einzuziehen, wovon ich fürchterliche Nackenschmerzen bekomme. Seit dieser Erkenntnis habe ich immer und überall eine (oft ärmellose) Weste dabei, die ich bei Bedarf bzw. beim kleinsten Anzeichen von Unterkühlung schnell anziehen kann. Und das hilft mir sehr, um Nackenverspannungen vorzubeugen!

Die richtigen Schuhe für längere Fußmärsche

Dann entdeckte ich Shape-Ups-Schuhe für mich. Das herrliche Gefühl, auf den runden Sohlen dieser Schuhe zu laufen, ist für mich eine wahre Wohltat. Mittlerweile besitze ich mehrere paar Shape-Ups-Schuhe und ich möchte sie nicht mehr missen. Allerdings sind solche Schuhe nicht jedermanns Sache: Manche bekommen Hüft- oder Knieschmerzen davon, was ich meinerseits glücklicherweise nicht bestätigen kann.

Rucksack oder Bauchbeutel statt Handtasche

So konnte ich langsam meine Rücken- und Nackenschmerzen bereits zu einem großen Teil loswerden – allerdings nur, wenn ich lange sitze oder liege. Wenn ich jedoch länger auf den Beinen war, hatte ich wieder große Schmerzen – meistens auch einseitige Schmerzen. Aus diesem Grund diagnostizierte mir ein befreundeter Physiotherapeut aus Peru vor einigen Jahren eine „mögliche Fibromyalgie“ bei einem meiner Aufenthalte in meiner alten Heimat – was mich natürlich sehr erschreckte. Heute weiß ich allerdings, dass die Einseitigkeit meiner Schmerzen vom Gewicht meiner Handtasche kam! Im Laufe der Zeit habe ich nämlich beobachtet, dass die Schmerzen besonders schlimm und vor allem besonders einseitig waren, wenn ich samstags meine wöchentliche Einkaufstour machte und über eine Stunde mit meiner Handtasche über der Schulter durch die Gegend lief. Ich tauschte also die Handtasche gegen einen Rucksack aus – und legte mir zusätzlich noch einen schicken Bauchbeutel zu, um meine Schlüssel, mein Handy, meinen Geldbeutel und meinen Lippenstift griffbereit zu haben. Und seitdem habe ich keine einseitigen Rückenschmerzen mehr!

Walken

Dann fing ich auf Empfehlung eines Chiropraktikers, bei dem ich mal wegen starken Rückenschmerzen war, zu walken an. Er verwendete allerdings nicht das Wort „walken“, sondern sagte, ich solle „regelmäßig schnellen Schrittes laufen, dabei auf eine aufrechte Körperhaltung achten und die angewinkelten Arme schwingen“. Was aufs Selbe hinauskommt, natürlich. Also nahm ich mir seinen Rat zu Herzen und fing an, öfter nach dem Abendessen eine Runde mit meinen bequemen Shape-Up Schuhen zu laufen, und zwar genauso wie vom Arzt beschrieben. Und sehr schnell stellte ich fest, wie unglaublich gut mir das tut – nicht nur für den Rücken, sondern auch für den Blutdruck, die Verdauung und insgesamt für mein allgemeines Wohlbefinden!

Auf meine Körperhaltung achten

Aber was mir am Allermeisten gegen die Rückenschmerzen geholfen hat (und natürlich immer noch hilft) ist eine Entdeckung, die ich erst vor ca. eineinhalb Jahren – vielleicht auch durch das Walken – gemacht habe, und zwar auf meine Körperhaltung zu achten! Und dies nicht nur beim Sitzen vor dem Computer, sondern auch beim Stehen, Laufen und Sitzen am Esstisch oder sogar beim Fahrradfahren, genauer gesagt „bewusst“ zu stehen, zu laufen oder zu sitzen, bewusst meine Körperhaltung zu korrigieren, bewusst meinen Bauch einzuziehen, meine Brust zu heben und meine Schultern locker fallen zu lassen! So unvorstellbar das ist, muss ich gestehen, dass ich tatsächlich 48 Jahre meines Lebens mit der falschen Körperhaltung verbracht habe! Woran das liegt, weiß ich nicht, vermutlich weil ich als kurzsichtiges, fast blindes Huhn immer dazu neigte, den Kopf – und somit die Schultern und den ganzen Oberkörper – zu senken, um besser sehen zu können. (Oder vielleicht auch weil mir eine Prise mehr Selbstbewusstsein fehlte, wer weiß?)

Tatsache ist, dass ich, seit ich gelernt habe, bewusst aufrecht zu laufen (oder zu stehen oder zu sitzen), keine Rücken- oder Nackenschmerzen mehr habe! (Oder vielleicht nur noch selten, wenn ich manchmal vergesse, auf meine Körperhaltung zu achten – aber dann korrigiere ich diese, und dann geht es mir gleich wieder viel besser!) Und ich fühle mich jetzt auch wirklich sehr viel wohler in meiner Haut! Viel selbstbewusster und lebendiger! Warum habe ich das alles nicht viel früher kapiert? Dabei hat mich meine Oma früher immer wieder ermahnt, gerade zu laufen – aber ich sah sie nicht jeden Tag, und als ich mit 18 nach Deutschland auswanderte, sah ich sie noch viel weniger, und dann starb sie auch noch vor 20 Jahren und nahm ihre weisen Ratschläge mit. Dann war noch meine Tante aus Belgien noch da, die immer wieder liebevoll „lauf gerade, Mäuschen“ zu mir sagte. Aber auch sie sah ich (und sehe sie immer noch) leider immer nur ein- bis zweimal im Jahr, und wenn sie nicht da war, um mich daran zu erinnern, waren ihre lieben Worte gleich wieder vergessen…

(Ehrlich gesagt wusste ich lange Zeit nicht einmal, wie wichtig es für mich selbst war, auf meine Oma und meine Tante zu hören und gerade zu laufen! Ich hatte keine Ahnung, dass dies des Rätsels meiner ständigen Rückenschmerzen Lösung war – sonst hätte ich ganz sicher längst auf sie gehört! Aber nun weiß ich das und ich bin froh, dass ich endlich gelernt habe, auf meine Körperhaltung zu achten. Anfangs musste ich mich immer wieder daran erinnern. Inzwischen – nach ca. 1,5 Jahren – geht es automatisch und ich bin meine Rückenschmerzen endlich los!)

Fazit

Egal was ich heute mache, ob Yoga, laufen, walken, sitzen oder Fahrrad fahre, mache ich das alles viel bewusster als früher, sodass ich viel mehr davon habe – was ergänzend zu meinem körperlichen und geistigen Wohlbefinden enorm beiträgt.

Und so fühle ich mich nun sehr viel wohler, selbstsicherer, lebendiger und voller Energie!

In diesem Sinne möchte ich mich heute bei meinem Körper für alles bedanken, was wir (d.h. mein Geist und mein Körper) gemeinsam leisten, und ihm (also meinem Körper) versprechen, ihn zukünftig nur noch gut zu behandeln. Und dazu gehört eine aufrechte und (selbst)bewusste, gesunde Körperhaltung!!

In diesem Sinne: Herzlichen Dank und NAMASTÉ!!

 

Diesen Artikel kannst du hier auch auf Spanisch lesen: De cómo me libré de mis dolores de espalda

Den schönen Mandelbaum auf dem Titelbild habe ich im Frühjahr 2010 irgendwo unterwegs in Frankreich fotografiert.  Ich habe dieses Bild gezielt als Titelbild für dieses Thema ausgewählt, weil der Baum genauso schön kerzengerade steht, wie ich meiner Wirbelsäule zuliebe selbst versuche zu stehen.

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Pan integral de espelta o de trigo

Pan integral de espelta o de trigo

Ante todo y para quienes no la conocen, aquí una pequeña aclaración sobre lo que es la espelta: Se trata de una variedad antigua de trigo, también conocida bajo los nombres de escanda o escaña mayor. La espelta se conoce ya desde hace más de 5000 años y se cultiva en Europa desde hace aprox. 1800 años. Es muy saludable ya que es rica en fibra, proteína y minerales. Si te interesa saber más sobre las propiedades nutritivas de la espelta, aquí comparto un artículo muy interesante que encontré en internet: 4 propiedades de la espelta (escanda) basado en estudios.

>> OJO: Si no consigues harina de espelta, también puedes usar harina de trigo para esta receta <<

El pan integral de espelta (o de trigo) además de ser muy sano, es muy sabroso. A mí me encanta comerlo simplemente con mantequilla, pero también sabe riquísimo con mermelada, jamón o queso.

¡La siguiente receta es muy fácil preparar y el pan se conserva fresco durante varios días!

Ingredientes:

  • 500 gramos de harina integral de espelta o de trigo
  • 1 sobrecito (o cucharadita) de polvo de hornear
  • ½ cucharadita de bicarbonato de sodio
  • 2 cucharaditas de sal
  • 160 gramos de granos enteros (de girasol, ajonjolí y calabaza)
  • 200 gramos de zanahoria rallada
  • 350-380 ml de yogurt natural
  • 1 huevo

Preparación:

  • Mezclar primero los ingredientes secos, es decir la harina, el polvo de hornear, el bicarbonato de sodio, la sal y la mitad de los granos.
  • Rallar las zanahorias, mezclarlas con el yogurt y el huevo y luego con la mezcla de harina. Batir bien esta mezcla en la batidora con el gancho de amasar a velocidad máxima hasta que todos los ingredientes estén bien mezclados.
  • Limpiar y enharinar la mesa y en ella, amasar la masa un poco más (recomiendo usar guantes de goma y enharinarse las manos enguantadas porque la masa se pega en las manos). En caso de que la masa esté muy húmeda, se le puede añadir un poco más de harina (y volver a mezclar bien, por supuesto).
  • Poner una hoja de papel de hornear en la bandeja del horno, formar un pan con la masa y colocarlo en la bandeja. También se puede poner la masa en un molde rectangular.
  • Precalentar el horno y mientras tanto, humedecer el pan con un pincel y repartir el resto de los granos sobre el pan.
  • Llevar la bandeja con el pan al horno y hornear por 65 minutos a 170 grados (usando la función de horno de convección)

¡Buen provecho!

Y aquí la receta en alemán / Und hier das Rezept auf Deutsch: Dinkelbrot

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Dinkelbrot

Dinkelbrot

Dinkel ist eine Getreideart aus der Gattung des Weizens, die seit über 5000 Jahren bekannt ist und seit ca. 1800 Jahren in Europa angebaut wird. Dinkel ist reich an Ballaststoffen, Proteinen und Mineralien und gilt als sehr gesund. Mehr Informationen über dieses wertvolle Getreide findest du hier: Dinkel – Das gesunde Korn.

Dinkelbrot ist nicht nur sehr gesund, sondern auch lecker. Ich esse es am liebsten einfach nur mit Butter, aber es schmeckt auch vorzüglich mit Marmelade, Käse, Schinken oder Lachs. Das folgende Rezept ist sehr einfach zuzubereiten und das Brot hält sich mehrere Tage frisch!

Zutaten:

  • 500 gr Vollkorn-Dinkelmehl
  • 1 Päckchen Backpulver
  • 0,5 TL Natron
  • 2 gestrichene TL Salz
  • 160 gr gemischte Körner (Sonnenblumenkerne, Sesam, Kürbiskerne)
  • 200 gr geriebene Karotten
  • 350-380 ml Naturjoghurt
  • 1 Ei

Zubereitung:

  • Zuerst die trockenen Zutaten mischen, d.h. Mehl, Backpulver, Natron, Salz und die Hälfte der Körner.
  • Die Karotten reiben und mit dem Joghurt und dem Ei vermischen. Dann in die Mehl-Mischung geben und mit dem Knethaken auf höchster Stufe so lange verrühren bis alle Zutaten gut vermischt sind.
  • Den Teig aus der Schüssel nehmen und auf einer bemehlten Arbeitsfläche und mit bemehlten Händen (am besten mit Gummihandschuhen!) noch einmal kräftig durchkneten. Falls die Mischung zu feucht sein sollte, kann man noch ein wenig Mehl untermischen und nochmals durchkneten.
  • Backpapier auf ein Backblech legen, einen Laib mit dem Teig formen und auf das Backblech legen. Alternativ kann man auch den Teig in eine Kastenform füllen und in den Ofen schieben.
  • Den Laib mit etwas Wasser bepinseln und anschließend die restlichen Körner darauf verteilen.
  • Im vorgeheizten Ofen ca. 65 Min bei 170 Grad Umluft backen – und fertig!!

Guten Appetit!

Und hier das Rezept auf Spanisch / Y aquí la receta en español: Pan integral de espelta o de trigo

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Nudeln mit Spargeln und Garnelen

Nudeln mit Spargeln und Garnelen

Ich freue mich, euch heute ein einfaches, aber sehr leckeres Rezept mit Spargeln zu präsentieren, bevor die Spargelsaison ganz zu Ende ist. Es handelt sich wieder um eine eigene Kreation von mir, die ganz schnell geht und super schmeckt.

Zutaten:
(für 4 Personen)

  • 500 Gramm Farfalle
  • 500 Gramm Garnelen
  • 500 Gramm Spargel
  • Olivenöl
  • Salz und Pfeffer
  • Ein Schuss Balsamico-Essig
  • ½ Bio-Zitrone
  • Frisch geriebener Parmesankäse

Zubereitung:

  • Die Nudeln in Salzwasser kochen. Anschließend sieben und etwas Olivenöl dazu geben, damit sie nicht aneinander kleben.
  • Spargel schälen, waschen, trockentupfen, in ca. 3 cm-lange Stifte schneiden und in Olivenöl von allen Seiten anbraten. Mit Salz und Pfeffer würzen. Spargel max. 4-5 Minuten anbraten, wenn sie sehr dick sind, 1-2 Minuten länger.
  • Spargel aus der Pfanne nehmen und reservieren.
  • Garnelen schälen, waschen, trockentupfen und in derselben Pfanne wie der Spargel mit frischem Olivenöl von beiden Seiten anbraten. Ebenfalls mit Salz und Pfeffer würzen. Garnelen max. 4-5 Minuten anbraten.
  • Das alte Öl von der Pfanne entsorgen (nicht in den Abfluss!) und die Pfanne etwas säubern.
  • Nudeln, Spargel und Garnelen wieder in der Pfanne geben, vorsichtig mischen und mit frischem Olivenöl, Balsamico-Essig, dem Saft einer halben Zitrone, den Abrieb der Zitronenschale und den frisch geriebenen Parmesankäse würzen.
  • Salz probieren und bei Bedarf etwas ergänzen.
  • Bei Bedarf alles nochmals kurz aufwärmen und anschließend servieren.

Guten Appetit! ?

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Und hier das Rezept auf Spanisch / Y aquí la receta en español: Fideos con espárragos y langostinos